Así acabé perdida en medio de las ciudad de las almas sin rumbo, preguntándome por qué cuanto más te esfuerzas en olvidar más le recuerdas...
Pasaron varios meses y tras seguir caminando por esa línea decidí tomármelo con calma. Aunque doliera, aceptar el dolor como precio de las cosas hermosas. Tu recuerdo poco a poco comenzó a bajar el volumen de su voz y por un tiempo, según te ibas yendo, estuve de paso por la vida. Fue raro vivir sin sobresaltos, ver cómo poco a poco la tristeza se iba diluyendo en el paso de los días. Así llegó el día en que supe que ya no te necesitaba. Esa noche comprendí que el fin también es el principio.
cierto, y...relato precioso
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